viernes, 12 de septiembre de 2014

^A propósito de la evangelización...^

 

"(...) ... un medio que no puede descuidarse es la enseñanza catequética. La inteligencia, sobre todo tratándose de niños y adolescentes, necesita aprender mediante una enseñanza religiosa sistemática de los datos fundamentales, el contenido vivo de la verdad que Dios ha querido transmitirnos y que la Iglesia ha procurado expresar de manera cada vez más perfecta a lo largo de la historia. A nadie se le ocurrirá poner en duda que esta enseñanza se ha de impartir con el objeto de educar en costumbres, no de estacionarse en un plano meramente intelectual. Con toda seguridad, el esfuerzo de evangelización será grandemente provechoso, a nivel de la enseñanza catequética dada en la Iglesia, en las escuelas donde sea posible, o, en todo caso, en los hogares cristianos, si los catequistas disponen de textos adecuados, puestos al día sabia y competentemente, bajo la autoridad de los obispos. Los métodos deberán ser adaptados a la edad, a la cultura, a la capacidad de las personas, tratando de fijar siempre en la memoria, la inteligencia y el corazón las verdades esenciales que deberán impregnar la vida entera. Ante todo, es menester preparar buenos catequistas - catequistas parroquiales, instructores, padres - deseosos de perfeccionarse en este arte superior, indispensable y exigente que es la enseñanza religiosa. (...)".

PABLO VI.
Evangelii Nuntiandi, "La Evangelización en el mundo contemporáneo".


Aunque esta exhortación haya sido promulgada en el año 1975, no deja de ser actual. 
El tema central de la exhortación es la evangelización en el mundo contemporáneo, como bien subtitula; y establece cuatro puntos básicos: 
  • Todos los que pertenecemos a la Iglesia estamos llamados a dar testimonio de Cristo. 
  • Los sacramentos de iniciación cristiana (sobre todo el bautismo y la confirmación) nos comprometen a convertirnos en verdaderos evangelizadores. 
  • Descubrir la verdadera responsabilidad que como agentes evangelizadores tenemos. 
  • Reconocer a Cristo como fuente de toda evangelización: ayer, hoy y siempre. 
Pablo VI hace un llamado al episcopado, al clero y a los laicos, para que seamos verdaderos testimonios de Cristo y de su mensaje. 


En este pequeño fragmento se pone de manifiesto la sensibilidad con que toda la comunidad eclesial debe llevar a cabo la labor evangelizadora, especialmente centrado en los catequistas: hemos de ser personas de nuestro mundo, abiertos a los problemas y soluciones que se nos puedan presentar; procurando momentos de oración que nos ayuden en nuestra vocación; hemos de buscar perfeccionar nuestra formación para transmitir mejor el Evangelio. Nuestra vida será testimonio del mensaje de Cristo. 




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