lunes, 11 de junio de 2012

^FESTA DA CATEQUESE^



Ayer, domingo, terminamos el curso. Y en el mismo lugar lo empezamos en septiembre. Pasaron un montón de meses, llenos de vivencias, de trabajo, de relación, de oración, momentos buenos y otros no tanto... Al poner punto y final a este curso, queremos subrayar dos palabras: perdón y gracias. No se trata de pronunciarlas sólo porque seamos educados, sino porque brotan desde dentro de nuestro corazón.
Son palabras que utilizamos todos los días, forman parte de nuestras rutinas. Pero, a veces, no con el significado o con la profundidad que debiéramos. En el día de Corpus, en el que muy especialmente se nos recuerda qué es para nosotros el sacramento de la Eucaristía, y con el lema de Cáritas "Vive sencillamente, para que otros sencillamente puedan vivir", empezamos nuestra celebración dando GRACIAS y pidiendo PERDÓN. 
Gracias por este curso que terminamos, por todo lo que hemos vivido y compartido, y perdón  por todos nuestros errores, nuestros egoísmos y nuestra falta de humildad. 
Hemos dejado la puerta abierta a ser mejores personas, mejores catequistas y mejores catecúmenos, para hacer una comunidad que crezca en el amor; que sepamos ser pan y también repartir pan. 

Unidos en una cadena de diferentes colores, que convergen en Jesús, simbolizamos la unión que queremos lograr entre todos nosotros, que somos diferentes: por razas, por clases sociales, por personalidades, por niveles educativos; pero hermanos que quieren no excluir ni ser excluidos. Hermanos que tienen claro que en su vida no debe faltar una cesta llena de frutos; frutos que Jesús nos ha regalado. El fruto del agradecimiento hacia todas las personas que siempre nos están ayudando a ser mejores cada día. El fruto que nos hace crecer cada día, porque queremos seguir aprendiendo, viviendo, madurando todos los días en estatura, en inteligencia y en responsabilidad. Y el fruto del amor; porque Jesús nos dio amor, y nosotros queremos dar amor.

Un curso de catequesis, se parece bien a una carrera de fondo un poco especial, donde poco importan los títulos que se consigan o el mero hecho de ganar, sino llegar a tiempo, después de recorrer día a día cada una de las etapas; de colaborar con un equipo; de ser como una familia unida. 
Sin olvidar el trabajo y el entrenamiento individual. 

Después de esta sencilla celebración, como los grandes días de fiesta: comida y a pasarlo bien :)) 








"Sé que voy contigo, sé que me acompañas, sé que tú me quieres, haga lo que haga..." 

sábado, 9 de junio de 2012

^ACCIÓN DE GRACIAS^


En este curso que ya termina, te damos gracias, Señor, por acompañarnos, por alentarnos a todos. A los niños, a los adolescentes, a los mayores, a los catequistas, y a nuestro sacerdote en este camino. 
Y te damos gracias porque: aprendemos que el obstáculo más grande es el miedo a no hacer cosas y quedarse mirando desde la barrera.
Te damos gracias porque la peor dieta es la gula de querer tragarse todo lo que sentimos y padecemos sin compartirlo con nadie, sin pedir ayuda a los que están a nuestro lado. 
Te agradecemos que el mejor sentimiento sea el altruismo de quien hace las cosas sin pensar qué va a recibir a cambio, porque siempre estará dispuesto a trabajar con la mejor de las intenciones.
Te agradecemos haber conocido que lo peor de lamentarse es el pasado, porque ya pasó, no lo podemos rectificar y corremos el riesgo de estancarnos y no aprender de él.
Gracias por este día, el más hermoso, en el que podemos darte gracias.
Te damos gracias, también, por enseñarnos que los mejores maestros son los niños, que te empujan a mejorar y a superarte; te hacen mejor persona si los escuchas. 
Gracias por abrirnos los ojos y dejarnos ver que el mayor error es darse por vencidos, porque de ser así nunca sabríamos si lo que buscamos sería conseguido.
Te agradecemos que nos hayas susurrado que el peor enemigo es la ociosidad, todas las veces que hemos perdido el tiempo en las cosas vanas de la vida.  
Gracias por descubrirnos nuestro mayor defecto: el egoísmo, que a veces no nos deja ver las necesidades de los demás, mientras pensamos que somos el ombligo del mundo. 
Te damos gracias, Señor, porque tantas veces perdidos en nuestros remordimientos, nos recordaste que es el peor de los malestares, que nos impide avanzar y nos lleva a la mayor de las bancarrotas: el desánimo, que nos enferma de tristeza. 
Gracias porque, con tu palabra nos alientas a aconsejar con el ejemplo, y a dar el mejor de los regalos: el perdón. 
Después de todo este curso vivido, damos gracias porque el mayor conocimiento es Dios, lo más maravilloso del mundo es el amor, y la felicidad más grande es darse a los demás. 



viernes, 1 de junio de 2012